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Nuestro despacho está en la calle de la Sèquia Comtal, 1, entresuelo 2ª de Barcelona, en el edificio Clot, un inmueble catalogado con más de 100 años de historia, que mucha gente del barrio todavía ve como el edificio donde estaba la su escuela de pequeños.
Los barrios del Clot y del Camp de l’Arpa forman parte de una unidad histórica. El Clot es uno de los núcleos más antiguos de Sant Martí y ya existía en la época medieval, con el nombre de Clotum Melis (Clot de la Mel). El nombre del barrio deriva de la palabra cros , que significa ‘fondo’, y hace referencia a tierras de cultivo situadas en hondonadas. Se documenta ya en el año 1208 cuando, mediante una concordia entre el rey Pedro el Católico y la orden de San Juan de Jerusalén, el rey cedía a los hospitalarios la torre del Clot de la Mel y el molino de Soler, ambos bordes la acequia Condal. Antiguamente eran tierras de cultivo en las afueras de la Barcelona de la Edad Media, un pasado todavía visible y que se conserva en algunos topónimos locales que evocan el pasado agrícola como el Clot de la Miel y la Acequia Condal, canal construido en el siglo X para el riego y el abastecimiento de agua en la ciudad.

Muy rico gracias a las huertas y los molinos alrededor del Rec Comtal, proveía de víveres la ciudad de Barcelona y, entre otros productos, miel de gran calidad. Ya durante los siglos XIV y XV se fueron formando conjuntos de viviendas y talleres de artesanos. Ubicado en el antiguo municipio de Sant Martí de Provençals, independiente de Barcelona de 1714 a 1897, a mediados del siglo XIX el Clot ya se había consolidado como núcleo del pueblo, y por eso en 1877 la casa de la villa se levantó en ese barrio. El carácter rural de esa zona se mantuvo hasta el siglo XIX. Algunas masías y torres señoriales han llegado hasta nuestros días, como la Torre del Barro o la Torre de San Juan, pero el resto han desaparecido con el tiempo.

Durante el siglo XIX se instalaron las primeras harineras, seguidas por industrias textiles, curtidurías, tejares, etcétera. A finales del siglo XIX el barrio se había convertido en un asentamiento industrial y obrero, con un aumento muy importante de población, la mayoría procedente del resto de Cataluña y Aragón. Es en esta época de grandes cambios que las nuevas exigencias sociales determinaron la formación del importante y vital tejido asociativo que todavía hoy caracteriza al Clot y al Camp de l’Arpa, con algunas de las antiguas entidades todavía activas, como el Fomento Martinenc o el Orfeó Martinenc.
Un elemento importante de la historia del Clot y del Camp de l’Arpa durante el siglo XIX fue la realización de la vía de tren y de la estación del Clot, hoy completamente enterrada. En 1854 empezó a circular la línea de tren en dirección a Francia, y en 1861 la de Zaragoza. Durante el siglo XX, en correspondencia de la antigua vía del tren se abrió la Avenida Meridiana, que todavía es la línea divisoria principal entre los barrios del Clot y del Camp de l’Arpa, mientras que donde se ubicaba el antigua estación de la Renfe hoy se encuentra el Parque del Clot, principal espacio verde en el barrio y ejemplo de recuperación de espacios industriales que habían perdido su antigua función. Otro caso interesante en este sentido es la Farinera del Clot, convertida en centro cívico.

A partir de los últimos decenios del siglo XX, el Clot y el Camp de l’Arpa vieron modificada progresivamente su fisonomía industrial y obrera, al desplazarse o desaparecer antiguas fábricas y talleres, apareciendo áreas residenciales rodeadas por los testigos del pasado del barrio , como el Mercado del Clot, la antigua Escuela de Artes y Oficios (hoy sede del IES Zafra), o viviendas que siguen el modelo de los elegantes edificios del Eixample y otros más pequeños y sencillos, los que se conservan sobre todo en los pasajes, auténticos rincones sobrevividos en el siglo XIX. Esta memoria histórica, junto a las comodidades de los servicios y equipamientos contemporáneos, hacen del Clot un barrio vital y agradable tanto para vivir como para pasear y visitarlo.

El casco antiguo del barrio está situado alrededor de la calle del Clot, de la calle Escultors Claperós y de la calle de la Verneda, los tres en el eje oeste-este. Cuanto más cerca de la Avenida Meridiana y de la Gran Via nos encontramos, se ven edificios relativamente más modernos y de altura visiblemente superior. Buena parte de la Calle del Clot, concretamente antes del cruce con la calle de Aragó, es zona peatonal, así como algunas de las calles perpendiculares que lo cruzan en este tramo, como por ejemplo la calle donde encontrará nuestro despacho. El centro neurálgico del barrio es sin duda la plaza Font i Sagué o plaza del Mercat, junto con la calle de la Sèquia Comtal, que conecta el barrio del Clot con el Camp de l’Arpa por la calle Rogent, formando un eje comercial local lo suficiente relevante.

Pese a que el Clot es todavía un barrio considerado obrero, está rodeado por la zona sur de grandes edificios como la Torre Agbar y centros comerciales como el de Glòries, lo que impone un visible contraste arquitectónico. Está situado relativamente cerca del centro de la ciudad y muy bien comunicado mediante transporte público, puesto que entre otros servicios cuenta con una gran estación de Metro y Ferrocarrils. Por debajo de la Gran Via ya poca distancia paseando, ha emergido el distrito 22@, espacio de concentración tecnológica y económica de la nueva Barcelona.